lunes, 12 de diciembre de 2011

No quiero tus rencores, ya tengo mis dolores

Lo que pasa es que no nos entendemos, no nos escuchamos. Vivimos en una sociedad que da por sentado que la opinión del otro es inválida ante la nuestra, o que la nuestra puede ser descalificada demasiado rápido, entonces gritamos o callamos. Y así como pasa allá, pasa acá.
Así como me miras y no sabes que decir, yo no sé que gritar y que callar. Cuando me miras y me prometes no hablarme nunca más, mi mayor miedo se hace realidad, no quiero guardarte el rencor que me producen tus promesas, no quiero llorar el dolor que me causan, porque no te mereces nada y menos eso.
Te admiré tanto tiempo y vos sin embargo seguias sin
poder brindarme nada, invalidandote con cada actitud, con cada palabra. Y no te puedo odiar porque te quiero más que a nada, pero no me puedo permitir quererte más de lo que te quiero, porque tus mejores promesas no logran calmar mi desesperanza, esa que te encargas de que crezca fuerte y saludable.
¿Hasta que punto queres llegar? Tus explicaciones nunca llenan lo suficiente, nunca logras llenar todos los vacíos que te quisiste crear. Y cada rincón en mi alma lleva tu nombre, que me recuerda que una parte mía siempre se va a ir con vos, siempre va a suplicarte que le tengas un poco de respeto, hasta en su peor imagen. A vos nada te alcanza y a mi ya nada me sobra ¿Cuán injusto puede ser eso?.
Y la gente que no calla me grita que llore, que no te pida, que no quiera acompañarte en los aspectos más desagradables que representas, pero no puedo evitar querer hacerlo. Y la gente que no grita, me implora en breves silencios que no llore, que no te desee nada, porque no mereces ni una parte de la inmesidad que me generas.
¿Cuántas veces voy a cerrarle la puerta en la cara al olvido que trae tu nombre? ¿Cuánto más me queda? Te regalo mi tiempo, ya no tengo soluciones que me hagan querer seguir insistiendo, ya no busco tus aprobaciones, ya no quiero tu orgullo fingido,
tu soledad. No quiero llorar tus lágrimas, quiero llorar  las mías. Y no te quiero regalar más palabras, no quiero ocupar mis dolores, no te mereces eso, pero me gustaría que lo merezcas.


¿Sabés lo que te necesite a lo largo de mi vida papá?, ¿Sabés cuántas veces quise que me abrazaras sin motivo alguno? Siempre te busqué, siempre esperé que no me gritaras cuando intentaba simplemente conocerte un poco más. No tengo nada para darte, perdoname... Te llevaste todo.

1 comentario:

  1. No se por que, pero me largue a llorar como una mogolica cuando lei esta entrada. Te amo

    ResponderEliminar